24 de enero de 2009

En el ecuador

El ecuador vivencial de esta experiencia me sume en un descenso emocional.
Con cuentagotas pasa el tiempo. Clonk, clonk, clonk. Estado latente, expectante, a la vez que excitante.
Momentos silenciosos, quebrados por incertidumbres. Tristes, hondos.
¿Por qué estoy aquí? ¿Para qué? ¿Qué he aprendido hasta ahora?
Me desespero.
Distracciones obligadas para olvidar...olvidar al tiempo.
Bistro, bistro, bistro!!
Sentimiento de pérdida, ganancia. Muerte y nacimiento.
Me siento como una torre electroestática, en constante vaivén. Con idas, venidas y vueltas. Flujos de información, de emoción, de pedazos de mi misma.

9 de enero de 2009

Issyk-Kul Region

Estos días navideños pude disfrutar de un verdadero regalo: recorrer los pueblos y la ciudad de la región de Isyyk-kul, el segundo lago más profundo del planeta Tierra, de (si no recuerdo mal) 18 km de amplitud.
La traducción literal del nombre del lago es: Lago Cálido, porque en invierno no se congela. Muchas son las hipótesis que se barajan, entre ellas que el lago es salino.
Situándote en diferentes puntos cardinales de su orilla, el lago se asemeja infinito, es como echar la vista al mar, sólo que aquí de fondo hay unas imponentes montañas nevadas, que tampoco parecen tener fin.

La ciudad de esta región se llama Karakol. Es la segunda ciudad más importante después de Bishkek, pero dista de ésta en que es una ciudad acogedora, tranquila, suave en sus formas arquitectónicas, más humana.
Uno de los atractivos turísticos es ir al Mercado de Animales (vivos). Se venden caballos, ovejas y vacas mayoritariamente. El olor y unas facciones humanas que no había visto nunca (dungas, uigurs, kirguis "originarios, no mezclados", rusos, etc.) me impresionaron nada más llegar.
Hacia un frío que cortaba la cara, así que nos sentamos en una especie de pseudo-bar improvisado a tomar un té. Unos kirguis mu majos sentados enfrente, estamos apretados, hablamos ruso, nos informan sobre el precio de los animales. Son las 9.40am, ya están borrachos, nos ofrecen vozka y ahí que nos chutamos el lingotazo de buena mañana! (kieras que no, es cierto que calienta)
Con buenos ánimos salimos hacia otro mercado, está vez el que vende los animales muertos; éste también es peculiar porque encuentras todas y cada una de las partes del cuerpo del bicho muerto, no desaprovechan nada. Ahí os dejo una muestra de mis palabras:

Próxima estación: las montañas de los 7 toros. Unas montañas que recuerdan a Uluru, la montaña sagrada de Australia Central, por su color rojizo. Impresionante paisaje. Casí nos quedamos en la nieve pasando frío, sin nadie que quisiera darnos cobijo, aunque al final encontramos a una señora muy pintoresca que nos ofreció su habitación, a cambio de un módico precio.

Tamga: Precioso pueblo a escasos metros de la orilla Sur del lago Issyk-kul, con montañas de más de 3000 metros a la espalda. Definitivamente el pueblo que me llegó adentro.
Viajamos sólo un amigo y yo, las cosas cambian cuando el grupo disminuye y eso permite que haya más acercamiento con la población local. Conocimos desde los niños hasta los borrachos del pueblo.
Nuestra idea allí era ir a ver unas piedras con grabados budistas tibetanos del siglo 2-8 que estaban en una montaña. Todo el mundo nos decía que el camino para llegar era imposible hacerlo ahora, con todo el hielo, frío y nieve. Al final, por suerte, un muy buen amigo que nos echamos, de padre kirguis y madre rusa, se vinó con nosotros.
Nuestro amigo nos contó cosas muy interesantes acerca de la región. Nos llevó a ver, además, otra piedra con unas muescas parecidas a cadenas y nos explicó que en la II GM, allí hubieron muchos soldados japoneses que trabajaron como esclavos construyendo casas, y que para transportar las piedras hacían agujeros para que el hielo las reventará, partiera y pudieran transportarlas.
Aquí estamos (Román y yo) con nuestro amigo, una gran persona que espero volver a encontrarme en el camino.